lunes, 17 de agosto de 2009

Fragmento de la película Sueño de una Noche de invierno

Sueño de una noche de invierno (San zimske noci) está interpretada por Jovana, una niña autista de 13 años. El director, Goran Paskaljevic, dudó por varios motivos antes de incorporarla al rodaje: «El primero era la autenticidad del personaje y estaba claro que ninguna niña, excepto una niña autista, podría expresar lo que es realmente el autismo. Pero también filmar a una niña autista es complicado y arriesgado y, por lo que yo sé, ningún director lo ha hecho hasta ahora.
El segundo problema era el aspecto moral. Uno podría pensar que hacer que una niña autista actúe en una película supone un ataque a su integridad por su discapacidad. Encontré la primera respuesta a esta cuestión en el texto de la
Declaración de Derechos de Personas Discapacitadas distribuida por las Naciones Unidas, que dice que toda persona física o mentalmente discapacitada tiene los mismos derechos que los demás de acceder a lo que la sociedad pueda ofrecerle, particularmente en lo que a la educación y cultura se refiere.
Por otro lado, cuando uno lee los distintos informes de especialistas en esta enfermedad, todos coinciden en afirmar que el mejor modo de integrar a los niños autistas en la sociedad es permitirles comprender su entorno social, desarrollar sus habilidades e incrementar al máximo su autonomía ayudándoles en la medida de lo posible a abandonar su mundo interior.
Estos especialistas también hacen hincapié en el hecho de que a menudo, las personas autistas se consideran criaturas extrañas o pueden incluso darnos miedo, aunque conocerlas resulte muy enriquecedor. Todo lo que pueda hacerse para conocer y comprender mejor esta enfermedad sólo puede llevar a una mayor integración de las personas autistas en nuestra sociedad.»
La visita a un centro para niños autistas«No sé mucho sobre esta enfermedad. Así que me puse en contacto con especialistas que me dieron información sobre esta enfermedad, que se caracteriza principalmente por un desarrollo claramente deficiente de la interacción social. Se debe, sobre todo, al hecho de que para una persona autista, sus pensamientos son los pensamientos de todo el mundo. Por lo tanto no siente la necesidad de comunicarse con los demás y, como consecuencia, interioriza su propio mundo. A pesar de todo, la gente que padece la enfermedad goza de una inteligencia normal.
Durante una visita a un centro para niños autistas, conocí a Jovana, una niña de 13 años. Tardé varios días en ser el mismo de nuevo después de este primer encuentro, y fue una gran impresión encontrarme por primera vez en mi vida con alguien que padecía autismo. Caí inmediatamente bajo los encantos de Jovana, una niña que es diferente pero tan conmovedora y llena de vida. Una vez que acepta comunicarse con alguien, a su manera, normalmente divertida, tiene sorpresas inolvidables que ofrecer. A partir de ahí escribí el guión de “Sueño de una noche de invierno” con mi amigo Filip David.»
¿Qué cuenta la historia?
«La película cuenta la historia de Lazar, un hombre que acaba de pasar diez años entre rejas acusado de asesinato y que ha decidido deshacerse de su sórdido pasado y comenzar una nueva vida en un país que también parece querer avanzar hacia un futuro mejor. Lazar se cruzará en su camino con Jasna y su hija Jovana, una niña autista, ambas refugiadas de Bosnia y que, como él, quieren olvidar un pasado difícil. Estos tres seres, a los que la vida ha tratado tan mal, comenzarán a conocerse a sí mismos. Poco a poco construirán una vida juntos, para formar una familia. Pero el barniz del cambio comenzará a quebrarse y la realidad de una sociedad que, a pesar de las apariencias no ha superado su difícil pasado, les destrozará de nuevo.»
Transcurre en Serbia, en el invierno de 2004, y retrata a un país desmoronado tras la guerra.
Lo peor de la película es el final. Es metafórico y poético pero artificial.
Entre lo mejor está la reacción de muchas familias. Hay miles de padres de niños autistas que le agradecen a Goran Paskaljevic que haya contado con una niña autista para su historia. El mismo Paskaljevic ha repetido en alguna entrevista esta frase del Profesor Tomkiewicz: «La mayor violencia que uno puede ejercer sobre un niño autista es dejarle estancarse en su autismo».

No hay comentarios:

Publicar un comentario